Parece ser que el tiempo va en mi contra, porque aunque intento ser constante con las entradas, me es prácticamente imposible. Sigo con la tarea que tenía pendiente y que no se acaba nunca, pero ésto es debido a que no paro de hacer otras cosas.
Hoy ha surgido una actividad de improviso en casa de mi madre que nos ha fascinado a todos. Hemos hecho PAN y de manera muy rápida.
Yo no soy nada experta en estas lides, pero resulta que mi hermana lleva haciendo pan desde hace mucho tiempo, y jamás le ha salido como ella quería. Siempre está hablando de la "masa madre". Y cuando se entera que algún conocido hace pan, intenta que le explique su proceso y el resultado.
Yo del pan lo único que sabía era que se conseguía con: levadura, harina, agua y sal y al horno. Y el pan que hemos hecho es así, no tiene conservantes, no tiene aromas añadidos, no tiene nada más que lo necesario para hacer el pan clásico.
INGREDIENTES
Masa madre
Levadura
Harina de fuerza
Harina de panadería
Sal
Agua
La harina de fuerza se trata de una harina con mayor proporción de gluten, ya que ha sido elaborada con sémolas de trigo duro. Este tipo de harina consigue que el pan tenga una miga más esponjosa, debido al proceso de fermentación producido al juntar la levadura con la harina. (explicado perfectamente en pepekitchen)
La masa madre se obtiene de la levadura (un organismo vivo) y la harina que se han preparado y mezclado para un pan anterior. Tiene que tener como mínimo un día para un buen proceso de fermentación.
Esta masa madre viene de la casa de una amiga, y es parte de una hornada anterior de hace tres o cuatro días (pero su ascendencia, raíces, o genealogía no la conozco).
Hemos hecho la mezcla: juntamos masa madre + levadura fresca + los dos tipos de harina + sal + el agua. Se ha amasado bien hasta que ha quedado todo ligado. De aquí sacamos un trozo que apartamos y que se va a convertir en nuestra masa madre para el siguiente pan.
Se ha dividido y dejado reposar con un trapo bien grueso para que coja temperatura. Ésto ha sido durante 30 minutos.
Hemos marcado el pan por encima para que no se rompa por donde no debe y lo hemos metido en el horno que se ha precalentado a 200 grados, durante 10 minutos.
En el horno ha estado durante 30 minutos.
Se saca y se deja enfriar
Aquí se puede ver el movimiento ancestral, y que ha perdurado de generación en generación para poder amasar como un auténtico maestro el pan.
Con la excusa de comprobar el resultado, no hemos esperado ni a que se enfríen y le hemos hincado el diente al pan más chico.
Ha salido buenísimo.
Aquí podemos ver a una experta en pan mostrando la miga esponjosa, dando su visto bueno, e intentando conseguir un trozo para el recreo del lunes.
Queridos pececillos despistados, no hay nada como el olor a pan recién hecho.
Solo tenéis que probarlo en vuestras casas. Y comprobaréis lo fácil y sano que es.
Nos vemos por estas corrientes.
Saludos urticantes